viernes, 29 de julio de 2011

El Señor del Palmar


Proseguimos con nuestra tarea de difundir sobre el origen del Señor de Locumba, en esta oportunidad transcribimos una versión captada en 1974, a través de una tesis elaborada en la ciudad de Tacna.           
 “Allá por el año de 1549, cuando los españoles llegaron a Ilabaya y a Locumba, dieron gran importancia al valle y viendo su extraordinaria fertilidad, plantaron gran cantidad de viñedos y palmeras. Éstas últimas en filas. Un español, de apellido Araníbar, en cuya hacienda del mismo nombre hizo una plantación de una enorme fila de palmeras, un 14 de setiembre.
            Pasadas unas horas, su criado interrumpió la normalidad, para contarle que en una de las palmeras había aparecido una acémila, de hermoso color blanco, y tenía como carga dos cajones. El patrón, juntamente con el criado, se constituyó en la hacienda y certificaron la veracidad de la versión. En escasos minutos, la noticia se propagó por toda la zona; no había duda alguna, se trataba de una aparición misteriosa. En vano fue la espera para que apareciera el dueño de la acémila.
La ansiedad por conocer el contenido de las dos cajas se hizo notoria. Reunida en el lugar de la aparición, contemplaron asombrados a la hermosa mula, y luego decidieron destapar las cajas. Grande fue la sorpresa al encontrar dos imágenes de nuestro Señor Jesucristo, crucificado.
En una caja decía “Señor para Locumba”, y en la otra “Señor para Sama”. La imagen del “Señor de Sama” era más grande y perfecta. Por la mente de la población circuló la idea de quedarse con la mejor imagen, puesto que en Locumba había sido la aparición. Al poco rato, se pusieron a meditar y llegaron a la conclusión que era mejor se cumpla la voluntad de Dios. Inmediatamente acomodaron el cajón, conteniendo la imagen del Señor destinado a Sama. Pocos fueron los metros que alcanzó a caminar la acémila, a pesar que el arriero trataba por todos los medios de que continuara.
La mula cayó y no podía levantarse. No se explicaban que ello sucediera con tan ligero peso. Grande fue la sorpresa cuando fueron a ver los motivos: la caja con la imagen había adquirido un peso exorbitante y comprendieron que la voluntad de Dios había satisfecho el deseo de los pobladores locumbeños. La acémila de Sama emprendió la marcha hacia el valle de Sama, a una velocidad no acostumbrada. 
La gente continuaba asombrada, por la misteriosa aparición y hallazgo. Su admiración fue tan profunda que llegó a arrancar emocionadas lágrimas en algunas personas. La fe cristiana se manifestó rápidamente. Todo ocurría el 14 de setiembre.
La gente, en imponente procesión dio gracias al supremo hacedor por tan magnánimo acontecimiento. Desde esa fecha, perdura la celebración que se hace al Señor de Locumba, y ha alcanzado contornos extraordinarios, ya que cada catorce de setiembre se constituyen alrededor de veinte mil devotos del Señor, y no sólo del sur del Perú, sino desde otros lugares, incluso del extranjero, como Bolivia, Chile, en oportunidades, de Argentina” (versión oral de Carlos Froilán Arenas Chiri, en Locumba, en 1974).
Fuente: de un texto inédito, próximo a publicarse

martes, 26 de julio de 2011

Señor de Locumba, Vigencia del (yer)


Por primera vez, publicamos un trabajo de acercamiento académico en torno al Señor de Locumba. Hoy escribimos sobre la influencia que tiene la sagrada imagen en otras latitudes,a través de sus festividades fuera de la ciudad de Locumba. La bondad de él, permite que se acreciente la fe del pueblo creyente.

Instituciones religiosas populares

-Festividad del Señor de Locumba, de Vila Vilani. En el centro poblado menor de Vila Vilani, del distrito de Palca, región de Tacna; su día central es el 14 de setiembre. En su capilla se encuentra una réplica del Señor de Locumba, mide menos de un metro de altura.

-Festividad del Señor de Locumba, de Huaytiri. En el centro poblado menor de Huaytiri, de la provincia de Candarave, región de Tacna. Su día central es el 14 de setiembre.

-Festividad del Señor de Locumba, del terminal Pesquero. Su festividad principal se realiza el 14 de setiembre

-Festividad del Señor de Locumba, del mercado Grau. El día central se efectúa el 14 de setiembre

-Festividad del Señor de Locumba, de Matalaque. Su día central es el 14 de setiembre. Matalaque se ubica en la región de Moquegua. http://www.matalaque.com/fiestas.html

-Festividad del Señor de Locumba y del apóstol Santiago, en el pueblo de Ancocalane (Arica, Chile), los días 23, 24 y 25 de julio. Presencia de los tinkus, danza boliviana. http://www.foxitos.me/video/tinkus-hijos-de-ancolacane/k5iQPtPj21E/ 

-Octava de la festividad del Señor de Locumba, en la ciudad de Tacna. En el templo de San Martín de Porras, ubicado en el centro poblado Francisco de Paula Gonzáles Vigil. Una semana después del 14 de setiembre, se desarrolla la octava en honor al Señor de Locumba.

-Octava de la festividad del Señor de Locumba, en la ciudad de Arica. En el templo de San José Obrero, situado en Diego Portales (Arica, Chile). La festividad se desarrolla, aproximadamente, doce días después del día central (25-09-2010). http://nescafe.cl/Detalle.aspx?id=71444

En los siguientes días, seguiremos compartiendo nuestra investigación.

martes, 19 de julio de 2011

Señor de Locumba, Historia oral del


HISTORIA DEL SEÑOR DE LOCUMBA
            Hace mucho tiempo, en la época de la Colonia, un día venía un barco español con dirección al puerto de Arica, estando cerca de ese lugar, se hundió en el mar. Todos los que pasajeros del barco murieron, pero dos cajas de madera sobrevivieron y no les pasó nada. Los pescadores de Arica rescataron dichas cajas, al llegar a la orilla vieron que en la parte de afuera de la caja decía LOCUMBA, en la otra caja decía SAMA.
            Antiguamente, la gente era honrada, así que la gente decidió mandar ambas cajas a sus destinos. Dos arrieros se ofrecieron como voluntarios para llevar dichas cajas. Los arrieros caminaron hacia la ciudad de Tacna, luego llegaron al pueblo de Buenavista (ese lugar, en la actualidad, se encuentra en el distrito de Sama – Las Yaras). Los arrieros preguntaron si alguien era propietario de una de las cajas, y nadie dijo nada. De noche, ambos caballeros decidieron dormir en ese pueblo, y dejaron las cajas junto con las mulas.
            A media noche, la gente del lugar decide cambiar de caja, porque la que decía Locumba era más grande que Sama. Una vez cambiada, la gente se fue a descansar. Al día siguiente, los dos arrieros trataron de reiniciar su viaje, pero una de las mulas no se levantaba. Su dueño le hablaba, le azotaba, le ofrecía comida, pero la mula no se levantaba para nada. El otro arriero, se dio cuenta del cambio, y repuso la caja Locumba a la mula. Y recién la mula se paró y comenzó a andar, la gente consideró este hecho como milagroso, e inmediatamente avisaron a los habitantes de otros pueblos.
Era el catorce de setiembre, los pobladores de Locumba esperaron la caja misteriosa. Cuando la mula llegó al pueblo de Locumba, junto con la caja, comenzó a caer una garúa, y de inmediato comenzó a crecer en los cerros de Locumba varias plantas, lo que hoy se llama lomas. Además, el trayecto recorrido por las mulas, comenzó a verdear, hecho inusual, en la medida que las lomas no eran regadas por río alguno.
            La gente de Locumba se quedó sorprendida por este hecho, luego el arriero entregó al sacerdote de Locumba la caja, indicándole que la caja no tenía el nombre del dueño. El sacerdote ordenó, en la pequeña plaza del pueblo, que se abriera la caja para saber el contenido. Al abrirla, se dieron cuenta que estaba ahí la imagen sagrada de Cristo crucificado.
            Los pobladores de Locumba se arrodillaron y agradecieron a Dios el envío de la imagen. Cuando los locumbeños quisieron alcanzarle comida a los dos arrieros y sus mulas, habían desaparecido. Desde ese año, cada catorce de setiembre se rememora la festividad del Señor de Locumba, lo recuerdan con oraciones, con cantos, con bailes. Incluso, mucha gente viene caminando de distintos lugares, para agradecerle las bendiciones dadas o para pedirle protección.
            La otra caja de madera, dicen que era la imagen del Señor de Buenavista, su hermano.

martes, 5 de julio de 2011

Historia del Señor de Locumba (Locumba)


Va la segunda versión en torno al génesis del Señor de Locumba, santuario que se ubica en la ciudad de Locumba, capital de la provincia Jorge Basadre. La devoción de un pueblo tiene un nacimiento, por ello va lo publicado sobre nuestro Señor de Locumba. 

HISTORIA DEL SEÑOR DE LOCUMBA (b) 

"En el siglo XVIII en el soleado valle de Locumba aparece un 14 de Septiembre un mulo blanco, según cuentan los antiguos del lugar, que llevaba sobre su lomo dos cajas – una grande y otra pequeña – que contenía dos imágenes de Cristo crucificado en las cuales se indicaba que la caja grande era para Sama y la pequeña para Locumba.Los moradores buscaron al arriero y al dueño del mulo pero no los encontraron, el mulo había llegado con paso ágil parándose bajo las sombras de una palmera y se acercaron a el. Los moradores vieron las cajas, las abrieron, y al darse cuenta que era más grande que la otra decidieron quedarse con esta.

Cargaron al mulo con la pequeña caja e intentaron arriarlo tratando de llevar esa caja a Sama, pero el mulo caía en tierra como agobiado por el peso y por más intento que se hizo no consiguieron mover al mulo. Finalmente el pueblo se decidió quedarse con la caja pequeña que contenía el Cristo crucificado y enviar al grande a Sama. Se cambió de cajas al mulo y este comenzó nuevamente a paso ágil su camino hacia Sama hasta que ya no se le vio.

Fue así como el Cristo pequeño quiso quedarse en Locumba, para ser venerado en el Santuario donde el Señor quiere derramar sus gracias, y el Cristo grande se quedó en Sama ¿Por qué? – nos preguntamos – Así lo quiso el Señor, para que se haga su voluntad de quedarse en Locumba y bendecir a toda persona que con fe sincera se acerca a Él a pedirle algo.
Posteriormente, en el pequeño pueblo que de ahí existe, el Señor comenzó a derramar su Gracia y así el pueblo lo consagró a Cristo crucificado como patrón, el 13 de mayo de 1784.
El templo donde esta el Señor se destruyó totalmente por las lluvias, pero a la imagen del Señor no le pasó nada.
Posteriormente, en el pequeño pueblo que de ahí existe, el Señor comenzó a derramar su Gracia y así el pueblo lo consagró a Cristo crucificado como patrón, el 13 de mayo de 1784. El templo donde esta el Señor se destruyó totalmente por las lluvias, pero a la imagen del Señor no le pasó nada.

El primer Obispo de Tacna Mons. Carlos Masías, forma un comité para la construcción de un nuevo templo y luego Mons. Alfonso Zaplana, el segundo Obispo de la Diócesis construye el templo que hoy cobija al Señor de Locumba y que acoge a tantos peregrinos que van en búsqueda de la Gracias del Señor.
Esto hace que todos los años y especialmente en el mes de Septiembre (para el día 14) la aglomeración de peregrinos se haya convertido en una tradición religiosa que comprende: la práctica del sacramento de la reconciliación, la celebración de la Eucaristía, el participar de la procesión, el llevar agua bendita y alguna imagen del Señor de Locumba, el pedir una bendición para la familia.

El mismo ambiente del pueblo de Locumba favorece la oración e invita a un encuentro personal con el Señor de la vida. Es una fiesta sin licor, sin bailes mundanos. Un grupo de sacerdotes gastan su tiempo atendiendo pastoralmente a los peregrinos: administran el sacramento del perdón, bendicen a las personas, celebran la Santa Misa... En Locumba todas las personas tienen la oportunidad de expresar su fe, allí nadie es marginado. Mientras tanto las compañías de danzarines religiosos ofrecen a Dios su danza como oración".


Fuente:

http://locumba.blogspot.com/ 

Historia del Señor de Locumba (Srdelocumba)



Existen diversas versiones en torno al origen del Señor de Locumba. Paulatinamente iremos publicando lo que se ha escrito en el mundo virtual, anotando la fuente consultada. Algunos relatos sobrepasan lo "ficcional"; pronto publicaremos la versión que hemos recogido sobre el Señor de Locumba, cuyo día central es el catorce de setiembre de cada año. 


"HISTORIA DEL SEÑOR DE LOCUMBA

La indiferencia y la abulia pueblerina se sacudieron repentinamente con agitación violenta, rasgando la tradición monotonía de la paupérrima condición en que allá por el año de 1700 constituía lo que es hoy, el pueblo de Locumba, ubérrimo valle de prodigioso atractivo panorámico y privilegiada condición en el aspecto natural.

Era una mañana de radiante esplendor, justamente el 14 de setiembre, el viento parecía atronar de alegría en las cumbres, un sol rutilante avivaba el ambiente, los pajarillos que por designio de la naturaleza surcaban el espacio; le procuraban gracia especial al ambiente, dándole alegría además, con sus dulces y melodiosos trinos.

Acaso con la influencia divina intuían un acontecimiento que a breve paso estaba por presentarse dentro de los lindes de este agreste lugar, y efectívamente instantes después cuando era mayor la loca algarabía de las avecillas, repentínamente hizo su aparición un hermoso e inquieto mulo de color blanco que llevaba a cuestas como liviana carga, dos cajas debidamente liadas y cada una de ellas signadas con determintes rótulos, una decía; SEÑOR DE LOCUMBA y el otro SEÑOR PARA EL VALLE DE SAMA.

La novedad cundió en el lugar, cuando un humilde labriego servidor de un hacendado español avistó la acémila de tan llamativas condiciones, rápidamente corrió a dar cuenta a su amo a la vez que a cuanta persona encontraba a su paso, con abultados caracteres daba referencia de la presencia del albo y brioso animal, pronto el vecindario de esa modesta poblada, en multitud hizo su presencia en el lugar de la aparición poseídos de la más viva inquietud.

Miradas profundas y las más inquietantes interrogaciones se proferían; pues estimaban que el animal lígicamente tenía que tener un procedencia y desde luego, alquien quien le hubiera guiado hasta ese lugar. Pasaron minutos, y así un larga espera, pero, es el caso que ningún ser viviente foráneo o del lugar hacía reclamación o intercedía en favor de los bultos tan extraordinariamente rotulados.

Alguien en un arranque de grata audacia dio la sugerencia de proceder a la descarga del animal y luego conocer cuál era el contenido de esas cajas de apreciable dimensión y que tan novedosamente había hecho su presencia en ese lugar.

El hacendado español por sus mismas condiciones culturales de inmediato no se atrevió a ese proceder que estimaba indebido, pese a que, a él también le inquietaba seguramente, así como al resto del vecindario, dar fé del contenido de esas urnas, pero su prudencia frenaba esos ímpetus; y serénamente decidió prolongar la espera. Finalmente acicateado también por la curiosidad y por la insinuación de las gentes, dispuso que las cajas fuean abiertas. En orden y presas de nerviosismo fueron varias manos las que ávidamente procedieron al trabajo y de acuerdo con la sencillez de esas gentes y, de acuerdo también, con el tiempo que entonces se vivía, todos unánimemente, mustua la expresión y elevando los ojos al Cielo se postraron: Era la efigie de Dios que hacía su presencia en ese modesto poblado.

Después de orar con profunda terneza y emoción, al vecindario quedó en un trance de dulce y grata quietud, parecía que hubieran descargado de su conciencia el enorme peso de sus pecados; que hubieran limpiado sus almas de toda la impureza que a diario nos procura esta terrena vida por mucho que nuestra fé y nuestra cristiana creencia nos haba impulsar y nos aliente para sustraernos del mal.

Y así limpia la conciencia, limpia el alma con la maravillosa presencia del Divino Crucificado, orando intermitentemente aguardaron lo suficiente en espera, y en la seguridad de que alguien se presentaría a demandar pertenencia de esas sagradas imágines que se guarecían al pie de un coposa palmera. Y así transcurrieron virias horas de infructuosa espera, motivando entonces el traslado de las efigies al pueblo mismo, donde fueron objeto de incansable veneración.

La determinación que transitoriamente se había tomado para aguardar con santa paciencia la presentación de quienes acreditaran pertenencia de la acémila y los sagrados bultos, sobrevino la consideración que se traba de un acto portentoso y que sencillamente en el asunto estaba en juego la voluntad de Dios. Para el caso abundaron las consultas se sucedieron interesantes deliberaciones y por fin se determinó que una de las efigies, conforme lo señalaba el rótulo de los baúles, quedara en Locumba y el otro, continuara el rumbo de su destino, que era el Valle de Sama.

Cuando con la pompa que podía exhibir ese modesto pueblo y con la suntuosidad que originaba esa situación calificada ya de divina, habían aprestos para ese cumplimiento se vino a acicatear más el ambiente en ese sentido, luego que uno de los mozos de la aldea presa de alarma anunciaba a grandes voces que el mulo había desaparecido sin dejar huella nunguna en el lugar donde junto a la palmera se le había estacionado. Primando entonces la certeza que el ocasional y maravilloso hallazgo no era otra cosa que efecto de la majestad omnipotente de Nuestro Señor. No obstante esta situación de profunda fé cristiana que remarcaba el ambiente con motivo de la santa aparición, la criatura humana siempre presta a incurrir en el pecado, dió curso a la desobediencia, atentando contra la voluntad impuesta por acción Superior y concibió entonces el pueblo, la atención de cambiar la urnas y por consiguiente su sagrado contenido.

Había desaparecido el albo e inquieto mulo; huellas de su traslado no se adevertía por ningún lugar, pero pesaba en la conciencia del vecindario cumpli con la obligación de trasladar la otra urna a su destino, con este fin se enjaezó de la mejor manera otro mulo que fué proporcionado por alguno de los tantos vecinos que en multitud atendían ese cumplimiento. Fue en ese momento cuando la característica ambición humana afloró en alguno de los vecinos y entonces insinuó que se hiciera el truque de las efigies, en razón que la que correspondía al Valle de Sama era de mayores dimensiones, y como siempre somos susceptibles al pecado, la insinuación asi lanzada cundió en el ánimo de los pobladores y todos al unísono jubilosamente clamaron: "¡Claro, el Señor mas grande que se quede con nosotros ...!"

La voluntad del pueblo estaba dispuesta y no hubo ni podía haber intención humana para disuadir ese propósito, la urna fue debidamente asegurada y mejor acondicionada sobre el lomo de la acémila para que en las mejores condiciones iniciara el viaje, normalmente fué suspendida y, luego el animal, cuando estuvo cargado tampoco manifestó agobiarse por el exceso de peso y en medio de rezos y cánticos de alabanza y gracias a Dios se depidió a la efigie de Cristo que se enviaba al pueblo de Sama. Empero casi a la distancia de un kilómetro de marcha la bestia súbitamente comenzó a jadear, parecía que un agobiante peso la doblegaba, sin embargo el comisionado, enérgico y severo, exigía al animal rindiera paso regular, pues se manifestaba extrañado que con un liviano bulto a cuestas tuviera esas manifestaciones. Lamentablemente unos cuantos pasos más y la bestia consumida de cansancio se doblegó a tierra, entonces alarmado el hombre conductor de esta empresa en esa senda de herradura, velozmente retornó al pueblo para dar cuenta de tan extraña ocurrencia. En extraordinaria novedad prácticamente los vecinos "volaron" al sitio donde se acababa de registrar tan anormal situación, dándose con esa real e insólita ocurrencia.

Luego después de un cambio de ideas un conocido arriero, en esos lejanos tiempos puso a disposición un fornido mulo que pertenecía a su árrea acostumbrada a trajinar hasta en las más inhóspitas sendas en el transporte de minerales entre el Perú y Bolivia. La acémila en referencia recibió la carga y reanudo la marcha; pero corroborándose la situación anterior, cuando no alcanzaba a transponer una distancia mayor a unos 300 metros, también se advirtieron en el animal las mismas dificultades y finalmente las mismas consecuencias. El bulto conteniendo al Divino Crucificado se hacía inmensamente pesado, y es que la desobediencia o la alteración a la voluntad de Dios no está permitida. . . Así en vista de los reveses que se sucedían sobrevino la reconsideración y entonces con buen criterio el vecindario llegó a comprender que el trueque no era procedente y que tenía que someterse a aceptar que la urna destinada a Locumba se quedará en ese lugar, conforme era su destino. De esta manera el embalaje consignado a Sama fué enseguida acondicionado y siguió a ese lugar con la mayor naturalidad. Era la voluntad de Dios la que se imponía".

Fuente: 

http://historiadelsrdelocumba.blogspot.com/ 

Primeras palabras

yotacna.com

Aparecemos en el mundo virtual, con la finalidad de difundir la historia del Señor de Locumba: su origen, su vigencia... en el distrito de Locumba, provincia Jorge Basadre, región Tacna.  

Para lo cual utilizaremos diversas fuentes confiables, nosotros publicaremos nuestros trabajos, nuestro blog también reproducirá otros trabajos trascendentes, mas siempre citaremos la fuente consultada.

Sabemos que difundir la fe del pueblo católico requiere de un esfuerzo, toda vez que las manifestaciones culturales del pueblo tacneño no han sido investigadas científicamente, existen algunos trabajos de apertura, mas no han ingresado al nivel de la profundidad.

Seguiremos escribiendo, no se olviden, habrán novedades, fotos, videos, y algo más...
fraternalmente